sábado, 22 de septiembre de 2007
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S. Rodríguez & L. Gieco "Sólo el amor"
Y siguieron los dos, Augusto y Eugenia, en direcciones contrarias, cortando con sus almas la enmarañada telaraña espiritual de la calle. Porque la calle forma un tejido en que se entrecruzan miradas de deseo, de envidia, de desdén, de compasión, de amor, de odio, viejas palabras cuyo espíritu quedó cristalizado, pensamientos, anhelos, toda una tela misteriosa que envuelve las almas de los que pasan (...) El amor precede al conocimiento, y este mata a aquel. Nihil volitum quin praecognitum, me enseñó el padre Zaramillo, pero yo he llegado a la conclusión contraria y es que nihil cognitum quin praevolitum. Conocer es perdonar, dicen. No, perdonar es conocer. Primero el amor, el conocimiento después. Pero ¿cómo no vi que me daba mate al descubierto? Y para amar algo, ¿qué basta? ¡Vislumbrarlo! El vislumbre; he aquí la intuición amorosa, el vislumbre en la niebla. Luego viene el precisarse, la visión perfecta, el resolverse la niebla en gotas de agua o en granizo, o en nieve, o en piedra. La ciencia es una pedrea. ¡No, no, niebla, niebla! ¡Quién fuera águila para pasearse por los senos de las nubes! Y ver al sol a través de ellas, como lumbre nebulosa también
MIGUEL DE UNAMUNO - "Niebla" (1914)
2 comentarios:
Supongo que es más económico para su salud manifestar tristeza que alegría. Eso de tener gestos ampulosos, risas espamódicas y andar con un brazo sobre el hombro de un compañero de zoológico los pondría en graves aprietos, pero básicamente la memoria debe conspirar contra su alegría
NO sé porqué me acordè de esa canción de "Bagdad Cafe", con esa voz tan fabulosa. (canta como el reverendo) excellent....
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