Igual parece a los eternos Dioses / quien logra verse frente a tí sentado. / ¡Feliz si goza tu palabra suave, suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime / sólo en mirarte; ni la voz acierta / de mi garganta a prorrumpir, y rota / calla la lengua.
Fuego sutil dentro de mi cuerpo todo / presto discurre; los inciertos ojos / vagan sin rumbo; los oídos hacen / ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado; / pálida quedo cual marchita hierba; / y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte, / muerta parezco.
[SAFO de Lesbos, 650-580 a.C.]
La soledad es un viaje de ida (...)
5 comentarios:
Ay, querida! Me recuerda a esos días con sus noches en las que las cartas del jóven Werther parecen haber sido escritas por una.
Un abrazo y un guiño de ojo, todo pasa.
Somos multitud en soledad...
tu mirada siempre me ha inspirado ternura
Safo, a la que Platón llamó la "décima musa".
El post no tiene imagen, si la necesitara pondría sin duda la pintura que August Menguin hizo de Safo.
Hay tanta gente sola que parece raro que todos estén solos.
En fin, uno se acostumbra a cada cosa.
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