Ni me intoxico de mensajería instantánea de lunes a viernes, a la madrugada.
Pero el tic tac del reloj me desvela. Como cualquier pensamiento de debilidad.
Ha retornado el insomnio, saltamontes inquieto, enemigo y cómplice.
La literatura jamás fue un consuelo (perversidad del logos), y ahora tampoco sirve como catarsis. Es que no hay poesía que pueda redimir el hambre, la ansiedad, el tedio, la derrota, la indolencia, la sed, el fracaso, los miedos. Palabras hechas carne y estado, materialización del mal.
Conozco mi situación, ya la he transitado tantas veces.
Si vuelvo no es por afán terapéutico.
Repito.
Mis bitácoras son galerías de cierta sumisión a lo irreversible.
Así y todo me siento a gusto.
Desdicha trasvestida en letras, colores, sonidos.
Sobre los surcos del lenguaje siembro mis lágrimas, mi sudor, los suspiros, gotas de sangre.
El dios Sentido ha muerto. Y con él, los mundos de quimeras.
Estémonos aquí para celebrar nuestra cosecha colectiva, la interpretación permanente.
3 comentarios:
No queria entristecer a nadie! Solo que en un fin de semana tan negro como el que tuvimos, junto con la serie de escritos negros, se juntaron los perros que aparecieron en la noche mendigando afecto, me recordo los vapores de la perrera, y como dice el analista, si, esa mentalidad pasiva de aceptar la muerte como remedio tambien fue el preludio para no chillar por la muerte de un semejante. Y ahora encima, los eligen. Mas negro panorama imposible. Para los bichos tambien, esta gente arregla todo matando
no se aflija, Alex. lo mío no era un reproche. por lo menos nosotros conservamos aún la posibilidad de estar tristes; lo cual no siempre es tan malo
Has vuelto al ruedo.
Bien.
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