martes, 13 de noviembre de 2007

DISEÑOS SOBRE EL LIENZO

Te propongo que mantengamos la distancia.
Que encadenemos la perspectiva sobre la tela recién estirada.
Que desafíes al pudor sumergiéndote en los accidentes de mi escote teñido en tonos cálidos.
Hagamos como que los marcos no existen, derrochémonos en los autorretratos y las epístolas desesperadas. Yo sé que te gusta.
Que exprimamos la mímica de lo grotesco a los pincelazos: caradurez de neófitos.


Beige, sopa de papas, gótico, campos de amapolas. Impresionista pedantería.
Glamour de los derrotados (identidad de casta).


Adivino tu odio a las tumbas, tu pestilencia ante los epitafios. Mis rimas hacen dólmenes y menhires con ellas, para tu esparcimiento y mi comunión con el equilibrio universal. Fueron épocas de jaranas sobre los crucifijos, de cuestionar las doctrinas, ridiculizar los verticalismos y adoptar los hijos de tantas lágrimas. Me conocés bien, pero te resistís al fraude. Es que soy una graduada en displicencias, provocándole acné a los verdugos. El tiempo, minero irresponsable celoso de su jurisdicción.


Algún otoño estrecharemos las ganas reservadas contorneando una mesa campestre.
Mientras tanto, dejá que el jacarandá explote sus lilas al atardecer, y los derrame sobre mí impunemente. No me tapes la luz.
Que me he determinado en esta obra. Un óleo copia fiel de nuestras flácidas torpezas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

"....Ojalá que las hojas
no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas
convertir en cristal
ojalá que la lluvia
deje de ser milagro
que baja por tu cuerpo
ojalá que la luna pueda salir sin ti
ojalá que la tierra no te bese los pasos
ojalá se te acabe la mirada constante
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora
un disparo de nieve
ojalá por lo menos
que me lleve la muerte
para no verte tanto
para no verte siempre
en todos los segundos
en todas las visiones.

Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda
ojalá que tu nombre se le olvide a esta voz
ojalá las paredes no retengan tu ruido
de camino cansado
ojalá que el deseo se vaya tras de ti
a tu viejo gobierno de difuntos y flores
ojalá se te acabe la mirada constante
la palabra precisa, la sonrisa perfecta..."

GISOFANIA dijo...

cheeeee, que esa canción es terrible. en cambio lo mío es... ¿¿dulcemente sugestivo??

Asterion dijo...

Es cierto, unos pasos de distancia y el impresionismo es mejor, pero el otoño, el jacarandá de noviembre, y los ámbitos bucólicos exigen la disciplina de la inclusión.

Livio dijo...

Diógenes estaría orgulloso de su post.

Alicia dijo...

Hace muchísimo que no escribo poesías, que no armo versos. Me requieren una intimidad tan adentrada que no puedo permitirme ultimamente. Narro, escribo lo que venga, sin mayor compromiso.
Por eso a veces me da mierdo venir a tu blog. Leerte es repensarme muchas cosas, encontrarme con algo de mí misma que no quiero atender.
Y podría imprimir tu blog, encuadernar las hojas y ubicarte junto a mis más preferidos libros de poesía.

Muy bello, Giso.

GISOFANIA dijo...

asterión: disciplina difícil la que señala; en eso ando...

livio: ajá ¿por?

alicia: Supongo que con la escritura cacual tiene su experiencia. Y quizás cada particular experiencia exija un género acorde a ella. En mi caso, la escritura nace de la desgarradura, pero el acto de escribir (de decir) opera como la alegría, restaurando almacuerpo. Es lo más cercano a un milagro que me ha pasado. Ahora bien, escribir y leer son dos situaciones distintas. Ninguna escritura ajena reemplaza la propia escritura: tal desafío es la causa de sus temores; enfréntelos y disfrute de sus letras, que son muy hermosas.
Gracias por el cumplido. Un abrazo.