jueves, 8 de noviembre de 2007

FLECHA, SEMILLA, ESPUMA

Sólido, como la llave que abrió el portón de la casa de mi hermana esta mañana.
Tangible, como fichar la entrada al trabajo un jueves 8 de noviembre a las 6:51 hs.
Real, como el murmullo de los compañeros y la impaciencia de los contribuyentes en el pasillo.
Constante, como la tentación de fugarse o la necesidad de cierto acercamiento.
Vívido, como los expedientes pendientes y los formularios a llenar.
Firme, como la antigüedad impresa en el recibo mensual de haberes.
Indudable, como el flemón en el espacio intermolar.
Patente, como la fatiga y el abatimiento ciclotímicos.
Claro, como las insistentemente equivocadas semiologías del yo.
Preciso, como este deseo de algún gesto de ternura.

Así, lo que tengo: estelas proyectadas de lo que alguna vez fue.

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