De atender al ritmo de los equinoccios, esto no habría ocurrido. Fallamos al sincronizar nuestro tiempo de efemérides. Ex tunc, la ambivalencia hizo justicia -rigurosamente.
Yo te hubiera encantado con mis huídas arábigas, vos habrías aceptado corolas de azahar sobre tu frente y ambos nos ruborizaríamos de placer mientras la luna se desnuda en el horizonte.
Es que vengo de comarcas donde no existen los géneros ni las clasificaciones, donde los accesorios contribuyen a la gracia de la esencia sin pulverizarla, las hesitaciones quedan derretidas por el fulgor del arcoiris y no hay estiércol que sirva de pábulo a las rezagadas mortificaciones. Sabés tan poco de mí, mucho menos de lo que creés...
Será que mi canto se fue amortiguando, corroído por tu rudeza. O que atravesando infiernos el polvo bélico se adhirió a mis escamas, y cuando reposo -para tomar impulso- dejo sin desearlo residuos de desolación. Enemiga interferencia.
12 comentarios:
perdón... no entendí un corcho.
obviamente debo ser yo el ignorante por eso me callo la boca.
No siempre se trata de entender, este blog no tiene pretensiones escolares ni de divulgación artística o científica.
Tampoco tengo ínfulas místicas.
Se trata de catarsis, fundamentalmente; y de experimentar con las palabras y las ideas.
Cuando decimos nos mostramos en cierto modo, asumimos un personaje, nos ponemos una máscara.
Quizás el objetivo final sea la liberación, para mitigar el dolor y encontrar placer en el lenguaje.
No sé si lograremos conectarnos; en todo caso, interpretemos con alegría y respeto (lo cual, sin duda, es una responsabilidad y una exigencia ética).
Gracias por llegarte hasta estos campos.
Encontré tu post escuchando un cd de música afrobrasilera con maravillosa sobredosis de percusión y nadando en una nube de dulce y reconfortante tabaco... en un momento de escape y necesario individualismo reconstructivo.
Me llevó un tiempo considerable retorcerlo para chorree la cachoeira de contenido.
Me gustó mucho, o será el momento... no sé.
Eso de venir de una comarca donde no existen clasificaciones, justo viene a catalizar en mí deseos grandes en este momento en que me siento tan clasificado.
En el segundo párrafo faltó un "que" cumpliendo su función gramatical de conjunción... con certeza aprovechó el plenilunio para huir y no regresar.
¿Deberíamos incurrir en lo mismo haciendo honor a tus huídas arábigas?... solo que antes deberíamos quemarlo todo.
¿Tanto así te gustó? ¡San Alcibíades, eso sí que es inesperado, gracias! ando tan huérfana de sorpresas, que hasta la filosofía aparece lejana y nebulosa.
Después de leer tu último post no sabía muy bien qué decir (amagué varias veces en borrar mi estúpido comentario)
Y de yapa sumás una reflexión sintáctica. ¿No será demasiado, aunque sea por motivaciones coyunturales? Las subordinadas sustantivas fue el tema que elegí para rendir mi examen de gramática (una instancia que mucho disfruté).
A propósito de escapes con preludios piromaníacos, te dejo el link a un viejo registro mío -sin comentarios- en esta bitácora:
http://camposdelino.blogspot.com/2007/08/finale-maestoso-el-desenlace-estaba.html
Hola Gisofania, querida. Me quedé colgada en tu respuesta a SB, eso de la catársis. ¿A vos te pasa que publicás cosas en el blog y después, o al día siguiente, decís "uh, me zarpé"?, ¿está tan mal?, ¿es otra de las malditas consecuencias hormonales femeninas?. (De todos los blogs que visito este el único que me inspira la confianza suficiente como para preguntar semejante mariconada. Tal vez sea porque algunas reflexiones me suenan tan cercanas...).
Saludos.
Estimada antiprímula: con frecuencia repito, me lanzo al vacío, acelero y me arrepiento. Mi escritura lo hace notorio, como vos amablemente señalás y empatizás. No es asunto hormonal, humoral o moral en exclusiva. Yo diría que es humano, demasiado humano.
Un abrazo.
Delirante el final encorchetado.
(un descamisado del amor)
Yo fui a ver la exhibición de Bodies en Bs. As. y mostraban tipos con la carnaza al aire así como ese del dibujo.
Es curioso qué parecido es el humano por dentro con un matambre o con un jamón. Posta, parecían todos un fiambrín.
En fin, no somos nada.
Sí que somos, gabito. Somos carne, fundamentalmente.
Y pa' mí el amor (las pasiones en general) tiene más que ver con las entrañas, los músculos, las conexiones fisicoquímico eléctricas, los humores, esas cosas de la carne (el "sarkós" griego), que con el alma... esto último vendría a colación de lo que comentó laviga.
El dibujo es lo que más me gusta de este post. Lo encontré de casualidad, buscando obras de Cézanne. Es un magnífico anónimo de una escuela francesa del siglo XIX. Totalmente excitante.
A veces lo que parece una armonía natural se muestra como disonancia de quintas paralelas, y no hay tendones ni músculos ni equinoccios que tramen la vecindad. A veces un acorde sencillo es más imposible que un sistema complejo de moléculas.
Asterión, no sabe cúanto estoy disfrutando asentir a su melancólica apreciación.
Hoy, en Santa Fe, es una preciosa noche de verano.
Saudade litoraleña...
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