BAR DE BIRRAS

OS PARALAMAS DO SUCESSO "Trac trac"

En el momento aciago en que este secreto se haga patente. Ya mismo, que él sabe que me escondo tras palabras rimbombantes, se verán aumentadas las chances de dimisión. Voy a entenderlo, va a asombrarse. Como el auditor en feria. Estaré predispuesta a lo otro, la escasez de avales y el cántico agorero.



Un amigo lanza al ruedo la intrépida pregunta: ¿por qué se acaba el deseo? Media hora antes, sobre el mármol, la bandeja con los restos de la picada de milanesa y seis lisos negros. Ticket y propina.

Cuando imperaban los espectros platónicos hubo uno que dibujaba laberintos en servilletas de papel. Con jardines hermoseándolos.

Y balances afectivos fileteados con daga, bajo una lámpara de cobre. Análisis reales, agnosticismos, planificación de un domingo lejos del hogar, memoria de lecturas obligatorias, condicionabilidad.

Hay sitios que se prestan para sinceramientos de peso. Nosotros, los perennes melancólicos pasajeros de tortuosa sensibilidad, nos dirigimos a ellos como autómatas domesticados.