viernes, 3 de agosto de 2007

VIERNES

Busqué
algún verso de Horacio que me reconciliara
con tantas horas de lluvia.
Opaco silencio
asolando.
Y residuos de
risas en canon,
perdiéndose,
equivocando el sendero
de regreso
al campamento.
Qué pasó,
qué pasa
que no siento.
Algo
-perverso, fantasma-
me volvió sorda
a tu paradero.
Errática.
Grotesca.
Penosa.
Reincidente.
Silabeo de flautas sáficas.
Añoranza de Eleusis.

3 comentarios:

Alicia dijo...

Bendita lluvia. Aunque traiga penas porque trae letras, cuanto menos. Cuanto menos no podemos quejarnos de tener un corazón improductivo.

¿Por qué de Horacio?

GISOFANIA dijo...

no sé el suyo, amable Alicia, pero mi corazón trabaja en exceso. particularmente los días de lluvia.
Cuando entonces, necesito que alguien me susurre al oído "carpe diem, carpe diem".
Ahora entiende mejor por qué Horacio? Una de las voces latinas más lúcidas (antes de que el cristianismo desluciera con sus tormentos la vida de los espíritus inquietos). En este enlace hay otros textos de él: http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/horacio.htm

Haga con ellos lo que quiera.
Saludos!

Alicia dijo...

Gracias por compartir esta puerta, de amable se pasó usted.
Bellísimo. Y sí, ahora comprendo. Y ayuda que también trabajo en exceso los días de lluvia. Bendita lluvia.
Un abrazo enorme.