martes, 4 de septiembre de 2007

St. Rose's storm

Dentro del libro de Giorgio Colli reposaba una foto suya, tamaño carnet. Allí estaba, sonriéndome desde sus cuatro o cinco años, sobre los aforismos de la página 87: Impotencia y horror, Dionisíaco y barroco, los primeros renglones de Despojamiento místico. Probablemente nada es casual, o yo estoy subconcientemente bien dispuesta a las claves numéricas. A media tarde de cualquier día de septiembre me rindo.
"Está anunciado lluvia para esta noche. La verdad es que hace falta una buena lluvia" -dice mi padre.
Asiento. Me hace falta una buena lluvia. Una que borre todo lo que se quedó en el intento. Y, ya que estamos, se lleve con su acuosa potestad las turbulencias inútiles que me acosan.

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4 comentarios:

Asterion dijo...

pero mirá que si después de esa buena lluvia, aparece el sol, es imposible frenar el crecimiento de la maleza

GISOFANIA dijo...

así sea. la selva es más efectiva que el desierto para perderse...

Anónimo dijo...

Yo tenía un médico (medio sui generis) que en lugar de preguntar por "la regla" o "el período" o cómo sea que lo llamen los galenos, preguntaba por "la lluvia".
Y a mí me parecía tan lógico.

GISOFANIA dijo...

y claro, metal. la lógica, entre otras cosas, está hecha de imágenes.