lunes, 8 de octubre de 2007

ARGUMENTOS CARTESIANOS

Insomnio.
Languidez del tiempo que,
como bostezo ilimitado,
llena de sombras bufonescas
los espacios de una intuición infiel.
Recorro sonámbula
los vacíos de esas horas sin tu presencia,
sin tu bendita y bienhechora compañía.
Las líneas de tu rostro
reptan por los pasillos de mi imaginación,
alternando su vaivén entre el recuerdo y el olvido.
¿Sobreviviré al tedio de los ruidos,
de los hábitos complacientes,
de la preocupación cotidiana?
Vano interrogante
que tensa la cuerda de la vigilia cardinal.
He sucumbido, una vez más,
a la simulación de las texturas y sonidos,
a la seducción de los aromas y sabores,
a la engañosa fragilidad de los colores y la luz.
Froto la lámpara inútilmente,
el genio maligno ha partido,
y ni siquiera sus astucias pueden redimirme.
Las dudas,
cual insectos quejumbrosos,
se alinean al modo de un ejército indestructible,
insistiendo en su estrategia de atropello.
Ay!
cómo añoro el mar,
el abismo insondable
de ese primer instante
en que supe, clara y distintamente,
que eras mi destino...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
Y cifra en Su profética memoria
Las lunas que serán y las que han sido.

Ya todo está. Los miles de reflejos
Que entre los crepúsculos del día
Tu rostro fue dejando en los espejos
Y los que irá dejando todavía.

Y todo es una parte del diverso
Cristal de esa memoria, el universo,
No tienen fin sus arduos corredores

Y las puertas se cierran a tu paso;
Sólo del otro lado del ocaso
Verás los Arquetipos y Esplendores.

GISOFANIA dijo...

y bue... saberlo no consuela

Asterion dijo...

El consuelo es más difícil que el olvido, y su gobierno, imposible.

GISOFANIA dijo...

coincido.
Para muestra de tal certeza basta una bacante. Una sola.