Iba tras la estela de sus ínfimas sentencias, rellenando espacios.
El punto detrás de la inicial en derecha alineación. También adverbios, vaivenes sincopados en búsqueda de una voz. Lo mío.
Septiembre, tiempo de veda de silencios.
Se elastiza esta coma tenue como si fuera rama de sauce llorón.
Que se quejen nomás mis branquias.
Mientras, me ahogo con los sonidos de cualquier lejanía.
No me alcanza la jungla marítima ni las colonias de corales ni el talud para que la fuga sea total [que es pretenderla necesaria y suficiente].
Faro, astrolabio, molino de bambú: iconos despiadados para quien anda perdido.
Es que tengo tu fotografía anclada en el parasimpático, desafiando la sed (a todos algo nos falta, te vi remover la sopa de letras cuando la verticalidad se distraía).
Es un anzuelo que seca mis escamas, las pule, les da filo de espinas.
Me vuelvo indiferente incluso para la Gran Águila.
Él me creyó una sirena desde la barca, por prudencia tapó los oídos con cera. Encuadre fuera de foco. Tan cómico fue, tan cómico, que al final acabo suspendida en las planicies abisales: expedición unitaria.
Hasta los lechos oceánicos andan revoltijeados, y yo jadeante de reposo.
Dócil, acudo;
desovando inconclusos hasta siempre.
Me quedo acá
en la serenidad de la piedra.
Mítica.
Fósil.
5 comentarios:
La verdad no solamente ha sido escandalosamente sometida... también es -finalmente- inaprehensible.
...¿ya amaneció?.
en las profundidades nunca amanece.
mejor sería despertar en la frescura de las apariencias.
Estar en la profundidad de un delta evaporado, es una buena medida de resistencia
Por las barbas del profeta que declaraciòn de principios!
Todo fósil hizo historia cuando fue descubierto y realmente apreciado. Como un brillante, como quien encuentra su causa.
Publicar un comentario