martes, 1 de abril de 2008

Habemus Phoebus

De madrugada escuché la transmutación del chubasco en tormenta. Pero fue una alucinación meteorológica, porque en la calle no había signos de precipitación alguna. Había imaginado cómo sería mi día a partir de ese acontecimiento, y ahora no se me ocurre ninguna alternativa. La desorientación se ha convertido en un tópico recurrente en este cuaderno. Lo cual es coherente con mi vida, en general.
A los 25 estaba convencida de que iba a morirme antes de cumplir 30. Fue un pálpito erróneo. Lo mejor de mi existencia pasó entonces. Acabada la tromba, solamente quedaron los harapos. Y esta fastidiante obsesión por luces ancestrales.


TRANSFORMATIO: Vicisitudes alquímicas de un alma en expansión
Acto primero: NIGREDO
Inquisitio obstinata aeternitatis. Psique despierta con sensual lentitud en las profundidades del Tártaro. Casi cuarenta años los ha pasado en ese páramo desolado, soportando tentaciones a su vocación de alcanzar la pureza... Su yo se abre paso en el sopor de la bilis negra, a través de la oscuridad caótica y mezquina, para encontrarse finalmente reflejado en las aguas del Leteo... Al instante, un viento suave la empuja al exterior...
Acto segundo: ALBEDO
En la ruta de ascenso a la belleza, Psique descubre el abrazo de Febo, el Brillante. Sus rayos se sienten bien sobre la corteza áspera y cansada, y a esa sensación la vestal se abandona. Cruza el valle de la claridad reveladora y entiende que la risa también puede ser reina de relámpagos. Ella, oruga subterránea, se convierte en mariposa. Aleteos principiantes. Iluminación. Verdad.
Acto tercero: RUBEDO
Nubes grisáceas se ciernen sobre el horizonte conquistado, limitando la visión. Psique comprende que debe descender a la caverna sólo una vez más, para reconciliar las imágenes con la verdad. Apocatástasis necesaria. Ella sabe que es perentorio, decisivo y vital para sí recuperar la alegría prístina, aquella chispa donada por el dios que busca con todo su fervor. Se trata de creer, con determinación fundamentalista. Aunque no lo vea, Febo está presente. Fe y esperanza.
OPUS EXTREMUN: EL RETOÑO
Inflamada de amor, Psique se dilata. Ahora sí es la unión sagrada con el esquivo Eros, in perpetuum...
*
[Esto es re-viejo. De la época de Tapices. Qué poco ha cambiado mi alma: continúa en el estancamiento]

1 comentario:

antiprímula dijo...

¡Alabada seas si tu alma no ha mutado! Que muten las creencias, los pensamientos, todo, pero que el alma guarde su escencia, es un motivo de orgullo.