Para la odisea, nos jugamos a fondo. Renunciamos a nuestros empleos frustrantes, a los magros salarios, a los compromisos superfluos.
Éramos un grupo con elementos dispares pero de raíces sincréticas, entusiasmados en la proeza.
Una vez reunidos, comenzamos la vigilia. Para mantener el insomnio en dosis estables y eficientes organizamos concursos virtuales de taxonomías absurdas y sinécdoques delirantes, nos pellizcábamos los muslos (algunos ejecutaban rockandrolles en laúd a la hora de la siesta). Con intención científica, manipulamos LSD y hongos alucinógenos, a fines de experimentar funcionamientos exóticos de la serotonina. Los más audaces renegaron de futuros placeres corporales; como si fuera un sacrificio ascético en haras del objetivo final.
Fueron semanas maravillosas, de desconocimientos sabios y revelaciones ajenas a la obsesión por la propia identidad.
Cada detalle estuvo displicentemente ajustado. Con el correr de los días, perfeccionamos métodos, técnicas, estrategias, calculamos riesgos.
Lo que resultó es inefable.
8 comentarios:
2000 leguas de viaje astral en colectivo? Y en verano? Vos hacés cada experimentos...
parte del entrenamiento consiste en dominar las sensaciones térmicas, che.
que esto no es pa' improvisados (ni tontos aburguesados)
Por cierto que el colectivo tenia forma de cucumelo errante y los rockanrroles forma de cumbia. ¿No conocían la birra? Berp!
Un tanto melancólico su relato, compañera. (Al menos resuena así en mí, que no paro de toparme con la inconsistencia de la época).
De todos modos "inefable" es una palabra interesante, obliga a hacer lectura personal y a tomar posición. (Está en cada uno leer o no qué posición toma, pero la palabra que usaste puede ser aguda). Saludos.
Otra cosa: Te leí defensora acérrima del lúpulo. Bueno, voy por mi segundo litro de Heineken, en una noche de domingo. Asique brindo contigo. Salute.
A ver, la antiprímula y el lord: si quieren seguir tomando, enfilen para el galponcito del fondo; allí, además de sanitarios, hay un tacho con hielo y botellas enfriándose. si acaban vomitando a campo abierto, me arruinarán el sembradío de hierbas aromáticas. y ojito con alborotarme los pavos del gallinero, que después la carne resulta fibrosa.
¡WE ALL LIVE IN A YELLOW SUBMARINE, YELLOW SUBMARINE, YELLOW SUBMARINE! (petit homenaje a John Lennon y a los alucinógenos)
Una vez (hablando de pavos) le dimos pan con jerez a uno durante dos días para tiernizarlo. Quizás si les convidan cerveza a estos? Tendrán otro blend, pero que van a estar tranquilitos, van a estar tranquilitos...
Todo sea por las fiestas, che.
Eficaz consejo, laviga.
Aleluya, gloria a dios!
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